La emoción nace y corre el sentimiento, los ríos de la vida abonando los campos de las ilusiones...
Todo lo que existe, lo es porque tiene alma o espíritu, la chispa divina que guarda la secuencia genética del creador y que irá mudando de envoltura en envoltura hasta completar el viaje de todas las almas. Recordad que todos habéis pasado de reino en reino hasta llegar a lo que sois ahora, comencemos ahora por el principio de los principios:
El reino elemental:
Todas las partículas fundamentales poseen esa primigenia chispa divina que las hace ser y sentir, una pequeña almita que en este primer instante de creación comienza a establecer sus primeras relaciones y sentimientos, aumentando con cada encuentro su nivel vibratorio y molecular (hidrógeno, helio, nitrógeno, oxígeno)... En este punto evolutivo todas las almitas forman un alma grupal que evoluciona en conjunto, pues su energía todavía vibra muy lentamente como para poder individualizarse y tomar consciencia de si misma.
Porque en el universo todo vibra, evoluciona y siente: el todo que forma la parte, y la parte que forma el todo...
El reino mineral:
Cuando se aumenta la emoción, sube la vibración energética de las almas y saltan de reino, una lógica evolutiva donde cada alma ocupa el envoltorio que decide su evolución. Pero todas las almitas que recientemente han alcanzado al reino mineral todavía poseen unas emociones muy elementales, percibiendo un río de sensaciones abstractas que las conectan con el alma grupal del planeta. Porque la tierra también siente y padece en su conjunto, pues la suma de todos sus reinos le hace poseer un alto nivel emocional y sensitivo (consciencia planetaria).
El reino vegetal:
Todas las plantas tienen una especial sensibilidad con todos los campos energéticos que las rodean (absorben y dan energía), siendo generadoras de salud porque absorben las malas energías y donan las buenas. Evidentemente que las emociones de las plantas difieren mucho que las que posee una piedra, habiendo ganado en este salto sentimiento y mente, consciencia y sensibilidad. En este reino las almitas comienzan a crear sus primeros pensamientos y sensaciones complejas, conectadas de raíz con el planeta pueden percibir todos sus sentimientos creando una secuencia emocional conjunta. Aunque una evolución superior dentro del reino vegetal son sus árboles (especialmente los milenarios), unas almas tan viejas y sensitivas que alcanzan la individualidad y el derecho vibratorio de reencarnar directamente en el reino humano.
El reino animal:
Cuanto les debéis a vuestra queridas mascotas, almas puras que sólo necesitan vuestro amor para sentirse felices... ¿Y a vosotros, cuánto amor os falta para ser dichosos?
En el reino animal las almas adquieren unos sentimientos tan profundos como los del hombre y sintiendo prácticamente las mismas emociones que vosotros, aunque nunca se pregunten el porqué; simplemente dan sin esperar nada a cambio (el amor puro). Dentro de este basto reino son los mamíferos los que poseen un alma que vibra más rápido y con unos sentimientos más evolucionados, precisando en su próxima reencarnación un cuerpo más acorde con su nuevo estado evolutivo.
El reino humano:
Es el último de los reinos naturales porque posee el envoltorio más sofisticado para el alma, el maravilloso cuerpo humano que os permite extender vuestra consciencia sobre todas las cosas y dulcificar más aún los sentimientos. En este reino todos los espíritus se individualizan porque han ganado la más elevada consciencia de si mismos y una estrecha relación con el universo que les rodea, aunque para ello tengáis que experimentar todas sus dualidades de los sentimientos (alegría-tristeza, felicidad-desdicha, amor-odio). Dentro de este reino existen cuatro niveles más de evolución que veremos más adelante, siendo en última instancia el propósito de la existencia que os transforméis de nuevo en pura energía (de donde todos venís y volveréis).
Ríe y siente, ama y llora; baja a los infiernos y asciende al cielo, la danza de los sentimientos componiendo la música de todos los que han amado con el corazón...